Francia multará y enviará a la cárcel a quienes critiquen las vacunas de ARN mensajero.
La afirmación de que Francia multará y encarcelará a quienes critiquen las vacunas de ARNm no es cierta. La ley persigue proteger a los pacientes de las prácticas pseudocientíficas que les incitan a abandonar los tratamientos médicos convencionales.
En los últimos días, se ha difundido en las redes sociales, como en X (anterior Twitter), la falsa afirmación de que Francia ha aprobado una ley que sanciona con penas de prisión y multas a las personas que critiquen las vacunas de ARN mensajero (ARNm), como las de Pfizer/BioNTech y Moderna, que se utilizan para combatir la covid-19.
Sin embargo, esta información es errónea y tergiversa el verdadero objetivo de la normativa, que es proteger a los pacientes de las prácticas pseudocientíficas que les incitan a abandonar los tratamientos médicos convencionales.
La ley en cuestión fue aprobada por la Asamblea Nacional francesa el 14 de febrero de 2024, tras un intenso debate parlamentario. El texto aborda diversos aspectos relacionados con la laicidad, la igualdad, la lucha contra el separatismo y la prevención de la radicalización, pero también incluye un capítulo dedicado a la salud.
En concreto, el artículo 4 de la ley crea un nuevo delito de «provocación al abandono de cuidados», que castiga con hasta tres años de cárcel y 45.000 euros de multa a quienes inciten a los pacientes a renunciar a los cuidados médicos y a adoptar prácticas que se presenten como terapéuticas o profilácticas, cuando estas puedan tener consecuencias graves para su salud física o psicológica.
La ley aclara que no se considera provocación al abandono de cuidados el hecho de proporcionar «información clara y completa» sobre las posibles consecuencias de las prácticas alternativas, siempre que se respete el consentimiento «libre e informado» de las personas que las elijan.
Las vacunas de ARNm son un tipo de vacunas génicas que utilizan fragmentos de material genético sintético para inducir una respuesta inmune contra un patógeno. En el caso de la COVID-19, las vacunas de Pfizer/BioNTech y Moderna contienen ARNm que codifica la proteína «spike» o espícula del coronavirus, que es la que le permite entrar en las células humanas.
Al inyectar el ARNm, se instruye a las células del organismo para que produzcan la proteína «spike», que es reconocida por el sistema inmunitario como extraña y genera anticuerpos y células T que pueden neutralizar el virus en caso de infección.
Ninguna. La ley francesa no menciona en ningún momento las vacunas de ARNm ni las terapias génicas, que son un tipo de tratamiento que consiste en introducir genes en las células para corregir defectos genéticos o mejorar sus funciones. Tampoco prohíbe ni penaliza la crítica a estas vacunas o terapias, siempre que se haga desde el respeto a la evidencia científica y a la libertad de elección de las personas.
La ley se dirige, en cambio, a las personas o grupos que promueven las terapias alternativas, como la homeopatía, la acupuntura, la osteopatía, la naturopatía, la aromaterapia o la medicina tradicional, entre otras, y que desaconsejan o desalientan el uso de los cuidados médicos convencionales, especialmente en casos de enfermedades graves como el cáncer, el sida o la COVID-19.
Estas terapias alternativas no tienen ninguna base científica ni han demostrado su eficacia en estudios rigurosos, pero cuentan con una gran popularidad en Francia y en otros países.
Según una encuesta del instituto Odoxa publicada en el mes de mayo de 2023, el 57% de los franceses considera que las terapias alternativas son, en general, «al menos tan eficaces como la medicina convencional», mientras que el 54% se declara más dispuesto a utilizarlas (en comparación con hace 5 años). Además, el 70% tiene una buena imagen de ellas.
Sin embargo, el uso de estas terapias alternativas puede tener consecuencias negativas para la salud, como el retraso o el abandono de los tratamientos médicos, la interacción con otros medicamentos, la aparición de efectos adversos o la transmisión de falsas esperanzas.
En algunos casos, puede incluso provocar la muerte de los pacientes, como ha ocurrido en Francia con personas que rechazaron la quimioterapia para someterse a tratamientos pseudocientíficos.
Con la nueva ley, el Gobierno francés pretende proteger a los pacientes de estos riesgos y garantizar su derecho a recibir una información veraz y completa sobre las opciones terapéuticas disponibles. Asimismo, busca combatir la desinformación y el negacionismo que se han extendido durante la pandemia de COVID-19 y que han socavado la confianza en la ciencia y en las vacunas.
La confusión sobre el supuesto castigo a los críticos de las vacunas de ARNm parece provenir de una mala interpretación o manipulación de la ley francesa por parte de algunos medios y usuarios de las redes sociales, que han difundido mensajes alarmistas y falsos.
Estos mensajes han sido compartidos por personas que se oponen a las vacunas o que defienden las terapias alternativas, y que han visto en la ley una amenaza a su libertad de expresión y de elección.
Algunos de estos mensajes han utilizado términos como «silenciosa y secretamente» o «globalista» para sugerir que la ley forma parte de una conspiración para imponer las vacunas de ARNm o las terapias génicas a la población, sin tener en cuenta sus posibles riesgos o efectos secundarios.
Otros han afirmado que la ley se aplicará también a las vacunas obligatorias o que se extenderá a toda Europa, sin aportar ninguna prueba al respecto.
Por todo ello, concluimos que la afirmación de que la Asamblea Nacional francesa haya aprobado el 14 de febrero de 2024 un proyecto de ley que impone penas de prisión a aquellos ciudadanos que critiquen las vacunas de ARNm o las terapias génicas es falsa.
Referencias:
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