‘The Big Reset’ es un «documental» (autodenominado así), en el que se hacen muchas sugerencias sobre la pandemia, la actualidad y el potencial de un supuesto «nuevo orden mundial».
¿Quién está detrás? Es una producción audiovisual realizada mediante crowdfunding y con la ayuda de elinvestigador(.)org, conocido por difundir afirmaciones falsas sobre la pandemia. Ha sido dirigido por W (seudónimo de un realizador del que se desconoce su identidad).
¿Cuál es su objetivo? «Ayudar a recuperar el control de nuestras vidas y todos los derechos que nos han sido vulnerados. Y la única manera de lograrlo es ayudar a la ciudadanía a que entienda qué es lo que realmente está pasando».
Abarcando aspectos como «la doctrina del shock», los «mass media» o las «fake news», el documental cuenta con la participación de economistas y expertos en geopolítica que tratan de mostrar «qué hay detrás del Gran Reinicio, la propuesta del Foro Económico Mundial (FEM) para reconstruir el mundo y la economía tras la COVID-19». Y presentan a la actual pandemia de coronavirus como un «agente acelerador».
Curiosamente, desde el documental se ataca el papel de los Fact-Checkers, que según sus autores, son «aquellos que se erigen en la posición de jueces para valorar qué es verdad y qué es mentira de lo publicado en internet y que nos dirige hacia un totalitarismo ideológico en la mal llamada era de la información». Por otro lado, otro de los aspectos que se tratan es la transición del mundo al sexto paradigma tecnológico.
Nuevamente, según sus autores, «La guerra mundial actual en forma de ‘pandemia’ no es tan relevante, hay un verdadero problema de problemas: La transición del mundo al sexto paradigma tecnológico, en la que el coronavirus es sólo un catalizador, el llamado transhumanismo. ‘La unión del hombre y la máquina mediante procedimientos tecnológicos como la robótica y la inteligencia artificial». También se refieren a la ‘Nueva normalidad’ como «un estado anormal y antidemocrático de libertad controlada», siempre bajo el pretexto «de una supuesta enfermedad pandémica que asola al planeta». Algo que, a juicio de sus autores, ha corrompido «hasta los principios de la Declaración Universal de los Derechos Humanos».
¿Quiénes participan o aparecen en el documental?
- Alexandra Henrion Caude, doctora en genética
- Alexandre Juving-Brunet, ex capitán de la gendarmería de la escuela militar de St. Cyr
- Carlos M. Vara del Rey, piloto coronel del ejército del aire (no está en activo)
- Christian Perrone, médico y profesor universitario
- Cristina Martín Jiménez, autora de ‘La verdad de la pandemia’ y ‘La Tercera Guerra Mundial ya está aquí’
- Pierre Barnérias, periodista y responsable de ‘Hold-up’
- Luis de Benito, experto en digestología y doctor
- Fernando López Mirones, biólogo, profesor y documentalista
- Nadiya Popel, doctora
- Chinda Brandolino, médico y forense (fundadora de Médicos por la Verdad Argentina)
- Alfonso Longo, doctor ingeniero industrial
- Carlos Astiz, periodista
- Pablo Campra, doctor en ciencias químicas
- Reiner Fuellmich, abogado
- Luc Montagnier, virólogo e investigador francés
- Xavier Azalbert, matemático y economista
¿Qué hay que saber sobre todo lo que se afirma en el mismo?
El documental comienza presentando la teoría conspirativa del Gran Reseteo o Gran Reinicio (Great Reset), que formaría parte de «un plan» para llevar a cabo «una transformación completa de la sociedad», una especie de «reingeniería social que pretende cambiarlo absolutamente todo». Pero en el vídeo NO aparece ninguna prueba de este presunto plan. ¿Qué se conoce realmente por Gran Reinicio? Una serie de reflexiones y propuestas que surgieron en 2021 en el marco del Foro Económico Mundial, en el que se planteó la posibilidad de un «Gran Reinicio del Capitalismo» después de la pandemia, proponiendo «reajustar nuestro mundo para crear un futuro más saludable, más equitativo y más próspero».
La agenda de esta iniciativa se divide en 3 componentes:
«1) Orientar el mercado hacia resultados más justos, 2) Garantizar que las inversiones avanzan hacia objetivos compartidos y 3) Aprovechar las innovaciones de la Cuarta Revolución Industrial para apoyar el bien público».
Como supuesta muestra de esta conspiración, en The Big Reset se afirma que «en mayo de 2009 la Organización Mundial de la Salud cambió el concepto de pandemia» (en el contexto de la gripe A), lo que haría que «declarar una pandemia sea mucho más fácil».
Se trata de una afirmación falsa, ya desmentida en muchísimas ocasiones. En su momento, la OMS no cambió su definición de gripe pandémica por el simple motivo de que nunca antes había definido formalmente el concepto de gripe pandémica. Según la definición de pandemia, publicada por la propia OMS en 2010, «se llama pandemia a la propagación mundial de una nueva enfermedad». Como vemos, el documental que afirma contar «la verdad de la pandemia» empieza con algo que no es cierto.
Sobre el origen del SARS-CoV-2, el documental apunta al laboratorio de Wuhan, según el cual «es un laboratorio de guerra dedicado a la seguridad nacional». Nuevamente, nos encontramos ante otra mentira. El Instituto de Virología de Wuhan es un centro de investigación perteneciente a la Academia China de las Ciencias. Consiste en un laboratorio de alto nivel de bioseguridad (BSL-4) que forma parte del gobierno chino (no es un centro bélico), cuyas actividades son:
- Etiología y epidemiología de las enfermedades infecciosas emergentes
- Virología molecular
- Microbiología agrícola y medioambiental
- Inmunovirología
- Microbiología analítica de patógenos
También se critica el uso de los test de PCR, supuestamente porque «este test no diagnostica nunca una enfermedad». Ya sabemos que el test PCR se usa para detectar la presencia del SARS-CoV-2 en nuestro organismo, lo que permite diagnosticar a los pacientes que sufren la COVID-19. Por tanto, sí permite confirmar que una persona sintomática sufre la enfermedad derivada del virus.
También se habla en el documental sobre el test de Corman-Drosten, con el argumento de que «parece efectivamente una prueba diseñada para dar un elevado número de falsos positivos». Lo cierto es que, pocas semanas después de la detección en China del SARS-CoV-2, en enero de 2020, Victor Corman y Christian Drosten, virólogos, publicaron un protocolo para la detección del virus con test PCR, una guía que sirvió para que los laboratorios pudieran configurar su materal en base a las características del nuevo coronavirus.
Como se explica en un artículo del MIT, «el material genético del SARS-CoV-2 no se puede confundir con el material genético otros virus», de forma que el test es, en realidad, «altamente específico». En ese mismo artículo sus autores, además, destacan que es más probable que la prueba arroje un falso negativo.
Sobre las vacunas de ARNm contra la COVID-19
En el «documental», como no podría ser menos, también se habla de las vacunas ARNm contra la COVID-19. Aunque, según sus autores, «desarrollan un proceso en las células que también se usa para crear organismos transgénicos». Además, ¨nunca se habían usado en humanos».
Como ya he dicho en multitud de ocasiones, es falso que las vacunas ARNm modifiquen nuestro código genético, porque el ARNm se queda en el interior del citoplasma (que rodea el núcleo) creando la proteína para generar la respuesta inmunitaria. Sin embargo, nuestro ADN se encuentra en el interior del núcleo. Dicho de otra forma, es imposible que el ARNm pueda modificar nuestro código genético. Nuevamente, nos encontramos ante otra falsedad difundida por un documental que afirma “contar la verdad”.
Aunque sí es cierto que la tecnología ARNm no se había usado de forma masiva en humanos hasta la llegada de la campaña actual de vacunación, SÍ se había probado en ensayos clínicos, con personas a pequeña escala. Es más, también se había probado en vacunas contra la rabia, el VIH y el cáncer.
También se afirma que las vacunas podrían causar «efectos al nivel de la fertilidad», produciendo incluso «inhibición de la fertilidad» (como efectos secundarios). Pero la realidad es bien diferente: ninguna vacuna aprobada hasta ahora en el mundo genera alteraciones en la fertilidad.
Es más, sí se ha demostrado que el SARS-CoV-2 puede afectar la fertilidad, ya que la enzima ACE2 (que el virus usa para entrar en el organismo), se expresa en el tejido reproductivo, afectándolo.
La tasa de mortalidad del SARS-CoV-2
También se habla acerca de la supuesta baja mortalidad del virus, afirmando que «está muriendo un 0,021% de la población mundial», por lo que «no existe» la «crisis sanitaria mundial». ¿Qué es una crisis sanitaria para la OMS? Define como crisis «momentos en que los sistemas públicos de los Estados no pueden garantizar la salud o medios de subsistencia de gran parte de su población».
Aunque los expertos han afirmado que la tasa de mortalidad del SARS-CoV-2 es baja, los datos señalan que, a 22 de mayo de 2022, han muerto 6.288.225 (el 0,08% de la población mundial). Pero la Organización Mundial de la Salud cifró a comienzos de mayo en 15 millones las muertes por COVID (el 0,2%). Mucho más de lo que se afirma en el documental.
En el documental también se afirma que «somos un gran ensayo clínico». Y que, además, «las vacunas son experimentales». Pero hay que volverlo a repetir: ninguna vacuna para la COVID-19 que se aplique en la población general es experimental, principalmente porque todas superaron la fase de experimentación en su momento.
¿Los vacunados contra la COVID-19 pueden ser detectables mediante Bluetooth?
En el vídeo aparece Luis de Benito, que afirma que las personas vacunadas tienen lo que él denomina como “el MAC address”. Una dirección MAC es un identificador único que los fabricantes asignan a cada dispositivo de una red, como móviles u ordenadores. Según el propio de Benito, “los vacunados son detectables por Bluetooth”. Evidentemente, es falso que a las personas vacunadas se les haya administrado una vacuna que genere un código identificador, porque sería necesario disponer de un dispositivo con la tecnología necesaria, lo que se vería a simple vista.
La genetista francesa Alexandra Henrion-Caude, conocida por difundir desinformaciones, sobre la pandemia, afirma en el vídeo que Moderna «no ha usado el término de ‘vacuna de ARN’, sino la noción de ‘software of life’. Pero, nuevamente, es falso: La genetista francesa Alexandra Henrion-Caude, conocida por difundir desinformaciones, sobre la pandemia, afirma en el vídeo que Moderna «no ha usado el término de ‘vacuna de ARN’, sino la noción de ‘software of life’. Pero, nuevamente, es falso: Moderna reconoce que, desde su fundación (en 2010), se ha dedicado a investigar la tecnología de ARN mensajero. De hecho, la etimología de su marcha es «una combinación de las palabras modified (modificado) y RNA».
En el Teaser, de hecho, afirman que los hospitales reciben cierto dinero «por cada paciente COVID». Algo que, nuevamente, es rotundamente falso, y cuyo bulo proviene de un Decreto Ley de Cataluña, de junio de 2020, en el que se trata de paliar el “impacto negativo” que tuvo la pandemia en los centros sanitarios de la Comunidad. Si bien es cierto que se trata de un decreto ley real, se creó con la finalidad de evitar que los centros sanitarios entraran en un «escenario de inviabilidad económica», debido al incremento de ingresos por COVID-19. Igualmente, resulta muy curioso que no se mencione que dicho decreto ley también recoge una compensación por pacientes NO COVID-19 durante la emergencia sanitaria:
También afirman que las vacunas están, supuestamente, produciendo un “genocidio” en las residencias. Sin embargo, los datos muestran todo lo contrario: la vacunación ha ayudado a reducir las muertes en residencias.
De hecho, en residencias de ancianos, aunque los casos de COVID-19 se incrementaron especialmente en las últimas semanas de diciembre de 2021 y enero de 2022, comparando con el mismo período de diciembre de 2020 y enero de 2021 los fallecimientos no alcanzan tales cifras.
En enero de 2021 se registraba una media semanal de 612 muertes, mientras que en enero de 2022 se registró una media semanal de 103 fallecimientos.
También se menciona a Suecia, indicando que el país tuvo «el mismo número de muertes que otros años» a pesar de no haber aplicado restricciones. Pero en 2020 el país registró más de 98.000 fallecimientos, un aumento de la mortalidad anual del 8%.
Como no podría ser menos, también se menciona el Evento 201, un ejercicio organizado por la Universidad Johns Hopkins, que consistió en una simulación de pandemia. Según el “documental”, este evento predijo la actual pandemia de coronavirus. Pero la propia universidad aclaró que «no era una predicción» de la actual pandemia.
Es más, en la página oficial del evento, en la que se exponía el escenario ficticio, se explicaba que «el agente patógeno y la enfermedad que provoca se inspiran en gran medida en el SARS» del año 2003. Según el comunicado, «para el escenario, modelamos una pandemia ficticia de coronavirus, pero declaramos explícitamente que no era una predicción». Es más, sirvió para «resaltar los desafíos de preparación y respuesta que probablemente surgirían en una pandemia muy grave».
Finalmente, acaban afirmando lo siguiente: «la vacunación no es la solución». Pero, como estamos viendo, la vacunación siempre es una «forma sencilla, inocua y eficaz de protegernos contra enfermedades dañinas antes de entrar en contacto con ellas».
Y podemos poner como ejemplo la viruela, una enfermedad que solo en el siglo XX pudo provocar más de 300 millones de muertes, y que se convirtió en la primera enfermedad infecciosa erradicada (en 1980).
En conclusión: un documental que afirma contar la “verdad” de la pandemia, pero que está repleto de afirmaciones falsas, bulos y datos erróneos.
