La «niebla no conocida» que alarmó en redes sociales es solo una teoría de la conspiración: se trata de un fenómeno natural sin registros de que esté enfermando a la población, confirman expertos

Expertos desmienten rumores sobre una "niebla extraña" peligrosa: se trata de un fenómeno totalmente natural y no supone ningún peligro inusual.

LO QUE SE AFIRMA

La niebla reportada en EE. UU., Canadá y Reino Unido es peligrosa, enferma a la gente y no es una niebla conocida.

LO QUE SABEMOS HASTA AHORA

La niebla reportada es un fenómeno natural típico del otoño e invierno, previamente anunciado por los servicios meteorológicos, y los CDC no han emitido ninguna alerta relacionada.

No, la “niebla extraña” no es peligrosa ni misteriosa, según los expertos

En la primera semana de enero de 2025, publicaciones en redes sociales sobre una «niebla extraña» comenzaron a captar la atención de miles de usuarios. Un tuit con más de 217.000 visualizaciones señalaba que la niebla no parecía natural, y otro, acompañado de una imagen del rostro de Bill Gates, insinuaba teorías conspirativas al respecto. De forma similar, en otras redes sociales (como por ejemplo es el caso de Facebook), también se publicaron mensajes similares, como este donde se afirmaba que la niebla «enferma a la gente» y se relacionaba, además, con una «oleada OVNI». Estas publicaciones mencionaban que la niebla tenía un olor inusual y que algunas personas reportaban síntomas similares a un resfriado tras exponerse.

¿Qué dicen los expertos sobre la «niebla extraña»?

De acuerdo con el Servicio Meteorológico Nacional de EE. UU. (NWS, por sus siglas en inglés) y el equivalente canadiense, Environment and Climate Change Canada (ECCC), no hay evidencia que respalde que esta niebla sea algo distinto a un fenómeno natural. Ambos organismos emitieron alertas de niebla espesa a finales de diciembre de 2024 y principios de enero de 2025 en varias regiones, destacando que estas condiciones son comunes en invierno debido a factores climáticos específicos.

El NWS explicó que la niebla de radiación, un tipo común en invierno, se forma cuando el aire cercano al suelo se enfría durante la noche, saturando la atmósfera y generando bancos de niebla. Este fenómeno tiende a ser persistente y puede parecer inusual para quienes no están acostumbrados a verlo con frecuencia.

Por su parte, las autoridades canadienses confirmaron a Lead Stories que no se han registrado anomalías en la formación de niebla en los últimos días. El portavoz de ECCC, Samantha Bayard, enfatizó que «la niebla se produce de forma natural cuando el vapor de agua se condensa a nivel del suelo» y que no han encontrado indicios de contaminación química o eventos artificiales relacionados con la niebla.

Por otro lado, y en respuesta a una consulta de Factico, desde la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) nos han confirmado que «no hay evidencias, en base a las publicaciones que se hicieron virales, de que las nieblas a las que se hacía referencia no fuesen fenómenos naturales».

Rubén del Campo, meteorólogo y portavoz de AEMET, nos ha explicado que «las nieblas son fenómenos meteorológicos frecuentes en invierno en zonas de interior de los continentes (por ejemplo en España hemos tenido nieblas densas y persistentes en días pasados). Habitualmente, se forman cuando existe una situación anticiclónica en invierno, con cielos despejados y poco viento. En esas condiciones, las noches son muy largas y se produce un enfriamiento muy acusado del suelo, que irradia calor al espacio exterior. Ese frío es transmitido a la masa de aire que descansa sobre la superficie. Si la temperatura baja lo suficiente y la masa de aire es húmeda, se puede alcanzar el punto de rocío, que es la temperatura a partir de la cual la masa de aire no puede contener más vapor de agua en su seno. En ese momento se produce una condensación de ese vapor, que aparece en forma de pequeñas gotitas de agua líquida dando lugar a brumas o nieblas. La diferencia entre las brumas y las nieblas es que en el segundo caso hay mucha mayor cantidad de gotitas, lo que hace disminuir la visibilidad. En resumen, una niebla no es otra cosa que una nube a ras de suelo».

También ha explicado que, «en ocasiones, sobre todo en zonas costeras, el origen de la niebla es diferente: se forma cuando una masa de aire cálido sobrevuela un mar frío: en este caso, el mar frío enfría y humedece la base de la masa de aire y se forman bancos de niebla, típicos por ejemplo de ciudades con mares fríos como San Francisco».

¿Podría la niebla estar enfermando a las personas?

Una revisión de los datos del Índice de Calidad del Aire (AQI) de Estados Unidos en áreas donde se reportaron avistamientos, como la Bahía de Tampa en Florida, no muestra niveles elevados de contaminación en los días señalados (26 y 27 de diciembre de 2024). Además, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. no han emitido advertencias relacionadas con la niebla, aunque sí informaron un aumento en enfermedades respiratorias comunes como gripe, VSR y COVID-19, algo típico durante los meses de invierno.

En este sentido, Rubén del Campo ha indicado que «hay que señalar que las nieblas reducen la visibilidad, por lo que dificultan el tráfico en carretera; además, si están acompañadas de temperaturas bajo cero, pueden dar lugar a placas de hielo. También los episodios de nieblas en zonas de interior muchas veces coinciden con un empeoramiento de la calidad del aire por una mayor acumulación de sustancias contaminantes; pero no son las nieblas quienes provocan esa peor calidad del aire, sino que la misma situación meteorológica que las genera (altas presiones con tiempo estable y sin viento) es también la que favorece una acumulación de contaminantes cerca de su zona de emisión».

Como señaló Lead Stories en una verificación anterior, el psicólogo y sociólogo Robert Bartholomew analizó el fenómeno desde una perspectiva social en un artículo reciente (archivado aquí). Según él, el miedo a la «niebla tóxica» está alimentado por las redes sociales y la proliferación de teorías conspirativas, que tienden a exagerar fenómenos climáticos normales, vinculándolos con eventos sin relación, como avistamientos de drones o conspiraciones de control climático.

Conclusión

No hay evidencia que respalde que la «niebla extraña» reportada en redes sociales sea peligrosa, artificial o responsable de enfermedades. Todo apunta a que se trata de un fenómeno climático natural típico del invierno, combinado con una percepción distorsionada alimentada por las redes sociales. Los síntomas reportados por algunas personas son consistentes con las enfermedades respiratorias que aumentan durante esta temporada, según los CDC.

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