LO QUE SE AFIRMA
Una imagen difundida por Robert W. Malone sugiere que los Amish no han sido afectados por enfermedades porque no vacunan a sus hijos.
Una imagen difundida por Robert W. Malone sugiere que los Amish no han sido afectados por enfermedades porque no vacunan a sus hijos.
Una imagen compartida el 29 de junio de 2025 por el médico y bioquímico estadounidense Robert W. Malone en X (antes Twitter) se volvió viral rápidamente. En ella aparece un hombre con vestimenta tradicional Amish acompañado del siguiente texto: “¿Recuerdas la plaga que acabó con los Amish porque no vacunan a sus hijos? Yo tampoco”. La publicación, que ironiza sobre la supuesta resistencia de los Amish a las enfermedades por no vacunarse, acumuló más de 6 millones de visualizaciones y fue compartida en más de 19.000 ocasiones.
Sin embargo, esta afirmación es engañosa y redundante. Ya la hemos desmentido en ocasiones anteriores y está en contradicción con la evidencia científica y los datos epidemiológicos existentes. Aunque algunos sectores dentro de las comunidades Amish muestran cierto recelo hacia las vacunas, no puede afirmarse que todos rechacen la vacunación, ni mucho menos que estén libres de enfermedades como el cáncer, el autismo, la diabetes o la COVID-19.
Una de las premisas implícitas de la imagen viral es que los Amish no se vacunan. Sin embargo, investigaciones científicas muestran que esta afirmación es incorrecta.
Estudios como el de Wenger et al. (2011) publicado en Pediatrics, encontraron que el 14 % de los padres Amish encuestados aseguraban que ninguno de sus hijos estaba vacunado. Es decir, el 86 % sí reportó al menos una vacunación. Otro trabajo, realizado en 2017 por Kettunen et al. en el American Journal of Infection Control, reveló que el 97 % de los padres aceptó que sus hijos recibieran alguna vacuna. En 2021, se publicó otro estudio en Vaccine que encontró que el 41 % de los padres Amish encuestados en Ohio reportó que sus hijos habían recibido algunas vacunas.
Estos datos muestran una amplia variabilidad entre comunidades y familias Amish, y contradicen la idea de que se nieguen sistemáticamente a vacunar a sus hijos.
La misma publicación de Malone sugiere que los Amish no han sido afectados por enfermedades graves, insinuando que la falta de vacunación los protegería. Sin embargo, esta afirmación no solo carece de fundamento, sino que ha sido refutada en múltiples ocasiones por fuentes científicas y medios de verificación.
Braxton Mitchell, epidemiólogo de la Universidad de Maryland, aseguró a PolitiFact que los Amish también sufren de cáncer, autismo y diabetes. Un estudio publicado en el año 2000 en Diabetes Care documentó casos de diabetes tipo 2 en la comunidad Amish, aunque con menor prevalencia que en la población general.
Respecto al cáncer, una ponencia presentada en 2005 en la Asociación Americana de Salud Pública reveló que las mujeres Amish padecen cáncer de mama, con tasas más elevadas de mortalidad debido a un menor acceso a programas de detección. Una revisión identificó una incidencia significativamente elevada de cáncer de mama y leucemia infantil en algunas comunidades Amish. Dado que muchas mujeres Amish fallecían por tumores que podrían haberse detectado a tiempo, se implementaron programas específicos de cribado, incluyendo unidades móviles de mamografías. La baja participación en exámenes de detección, documentada en varios estudios, podría explicar en parte la mayor mortalidad por ciertos tipos de cáncer.
Además, un informe de la Sociedad Internacional para la Investigación del Autismo publicado en 2010 estimó una prevalencia de 1 caso de autismo por cada 271 niños Amish, un número más bajo que el promedio nacional de entonces, pero que demuestra que esta condición también existe dentro de esta población.
Otra premisa implícita en la imagen es que los Amish no sufrieron durante la pandemia de COVID-19. Esta idea también es incorrecta. En realidad, las comunidades Amish registraron un exceso de muertes durante 2020 y 2021, en niveles superiores al promedio nacional estadounidense.
Una investigación de Stein et al. (2021), publicada en el Journal of Religion and Health, utilizó obituarios de periódicos Amish como The Budget para calcular el exceso de mortalidad. Detectaron picos en abril, junio, septiembre y noviembre de 2020. En un estudio posterior de 2023, también publicado en el Journal of Religion and Health, se mostró que el exceso de mortalidad entre los Amish fue mayor en los periodos posteriores a la disponibilidad de vacunas.
Además, los CDC documentaron un brote de COVID-19 en mayo de 2020 en el condado de Wayne, Ohio, dentro de una comunidad Amish. El evento se asoció con actividades religiosas sin medidas de prevención como el uso de mascarillas o el distanciamiento físico.
Si bien es cierto que los Amish presentan ciertos indicadores de salud mejores que el promedio —por ejemplo, una menor obesidad, más actividad física y menor consumo de tabaco—, eso no se debe a su rechazo parcial a las vacunas. Un estudio del American College of Sports Medicine (2004) encontró que los hombres Amish caminaban más de 18.000 pasos diarios, mientras que las mujeres más de 14.000. Esto podría explicar parcialmente una menor prevalencia de diabetes tipo 2, como reflejó el estudio de Hairston et al. (2013) en Diabetes Care.
Además, ciertos grupos Amish presentan una mutación genética beneficiosa (Serpina-1), como mostró Khan et al. (2017) en Science Advances, lo que les otorga una esperanza de vida más prolongada. Pero esta mutación no es generalizada entre toda la población Amish, ni está relacionada con las vacunas.
Robert W. Malone es un médico y bioquímico estadounidense, nacido el 20 de octubre de 1959, conocido por sus contribuciones iniciales en la investigación del ARN mensajero (ARNm) y su transfección mediante liposomas en la década de 1980, pasos que contribuyeron al desarrollo de las vacunas de ARNm. Obtuvo su doctorado en medicina en la Northwestern University y realizó estudios posdoctorales en virología e inmunología en la Universidad de California y el Instituto Salk.
Durante la pandemia de COVID‑19, Malone se volvió una figura polémica por promover afirmaciones erróneas sobre la seguridad y eficacia de las vacunas, algo ampliamente documentado por varias plataformas de verificación y medios de comunicación.
La sugerencia viral de que los Amish no se enferman gravemente por no vacunarse, como se insinúa en la imagen compartida por Robert W. Malone, es engañosa y carece de sustento científico. Esta idea se apoya en una visión simplificada e idealizada de esta comunidad, que en realidad también presenta casos documentados de estas enfermedades. Además, durante la pandemia, las comunidades Amish registraron un exceso de mortalidad superior al promedio nacional, según estudios revisados por pares.
Referencias:
Fuente del reclamo: Redes sociales (X/Twitter)
Contenido verificado: 2 de julio de 2025 a las 10:57 horas
Artículo de verificación actualizado: 2 de julio de 2025 a las 10:57 horas
Recursos que hemos utilizado: Literatura científica revisada por pares / Declaraciones de expertos
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