El tratado pandémico de la OMS no permite exigir vacunas ni amenaza la soberanía de los países

El tratado pandémico es una propuesta de la OMS para mejorar la prevención y respuesta a futuras crisis sanitarias, que no implica vacunas obligatorias ni control de gobiernos, a pesar de lo que dicen algunas publicaciones falsas.

LO QUE SE AFIRMA

A través del tratado pandémico, la OMS tendría la posibilidad de obligar a vacunar a la población y a controlar a los gobiernos.

LO QUE SABEMOS HASTA AHORA

Es falso que la OMS, a través del tratado pandémico, tenga la posibilidad de obligar a la vacunación o de tener la potestad de controlar a los gobiernos de los distintos países.

Desmontando los mitos del tratado pandémico
Desmontando los mitos del tratado pandémico. Foto: Istock

Un tratado internacional propuesto por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para prevenir y responder a futuras pandemias ha sido objeto de falsas acusaciones y teorías conspirativas que lo presentan como una amenaza para la soberanía y la salud de los países. Sin embargo, expertos y representantes de la OMS han desmentido estas afirmaciones y han defendido la necesidad y el beneficio de este acuerdo histórico.

La pandemia de COVID-19 ha puesto de manifiesto la necesidad de una mayor cooperación internacional para prevenir y responder a futuras crisis sanitarias. Por eso, los 194 estados miembros de la Organización Mundial de la Salud (OMS) acordaron hace más de dos años iniciar las negociaciones de un tratado global sobre prevención, preparación y respuesta a pandemias.

El objetivo es que el acuerdo se apruebe en la Asamblea Mundial de la Salud, el órgano decisorio de la OMS, que se celebrará en mayo de 2024.

Sin embargo, el proceso se ha visto entorpecido por desacuerdos, desinformación y teorías conspirativas. Algunas publicaciones en redes sociales afirman que el tratado pandémico daría a la OMS el poder de declarar emergencias sanitarias, imponer vacunas obligatorias, tomar el control de los recursos de los gobiernos y usar a las fuerzas de seguridad locales, militares y soldados de la ONU para “vacunar a la fuerza a la población”. Estas afirmaciones son falsas y carecen de fundamento, según expertos consultados por USA TODAY y The Guardian.

En primer lugar, el tratado pandémico no está finalizado y aún está sujeto a cambios y negociaciones. Se publicó un borrador preliminar en febrero de 2023, pero se espera que el borrador final no se presente hasta mayo. Por lo tanto, es prematuro y especulativo afirmar lo que contendrá o no el acuerdo.

En segundo lugar, el tratado pandémico no proporciona a la OMS ningún poder sobre los estados ni sobre sus políticas de salud pública. Al contrario, el tratado reafirmaría el derecho soberano de los países a determinar y gestionar su propio enfoque en materia de salud pública, especialmente en lo que respecta a la prevención, preparación, respuesta y recuperación de los sistemas de salud ante una pandemia. Así lo establece el borrador del tratado, que también reconoce el principio de no injerencia en los asuntos internos de los estados.

En tercer lugar, el tratado pandémico no implica vacunas obligatorias ni control de gobiernos. El propósito del acuerdo es fomentar la cooperación global en materia de vigilancia, detección y compartición de patógenos que supongan un riesgo, así como el acceso oportuno a pruebas, tratamientos y vacunas.

El tratado también busca promover la solidaridad, la equidad y la transparencia en la respuesta a una pandemia, respetando los derechos humanos y las libertades fundamentales. El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha negado rotundamente que el tratado otorgue a la OMS la autoridad para imponer confinamientos o vacunas obligatorias. “No podemos permitir que este acuerdo histórico, este hito en la salud global, sea saboteado”, dijo.

En conclusión, el tratado pandémico es una iniciativa que busca mejorar la capacidad de los países y de la comunidad internacional para hacer frente a las amenazas sanitarias globales, aprovechando las lecciones aprendidas de la pandemia de COVID-19.

El tratado no supone una cesión de soberanía ni una injerencia de la OMS en las decisiones de los gobiernos. Tampoco implica vacunas obligatorias ni control de gobiernos. Estas son falsedades que solo buscan generar miedo y desconfianza.

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