¿Es cierto que AstraZeneca admitió por primera vez que su vacuna contra la COVID-19 puede producir un efecto secundario «muy raro» relacionado con la coagulación sanguínea?

Es engañoso afirmar que AstraZeneca haya admitido por primera vez que su vacuna puede causar un efecto secundario grave relacionado con coágulos sanguíneos. Esta información no es nueva ni sorprendente, ya que se conocía desde 2021 y estaba disponible para el público.

LO QUE SE AFIRMA

AstraZeneca admite por primera vez en documentos judiciales que su vacuna contra la COVID-19 puede causar efectos secundarios poco comunes.

LO QUE SABEMOS HASTA AHORA

La afirmación de que AstraZeneca ha reconocido por primera vez que su vacuna contra la COVID-19 causa un efecto secundario muy raro pero grave es engañoso, ya que esta información no constituye una novedad ni resulta inesperada, dado que es de conocimiento público desde 2021.

AstraZeneca y revocación
No es correcto afirmar que la Comisión Europea ha revocado la autorización de la vacuna de AstraZeneca por ser peligrosa. Foto: Istock

La vacuna de AstraZeneca-Oxford ha sido, junto con las vacunas de ARNm, una de las más utilizadas en el mundo para combatir la pandemia de COVID-19, pero también una de las más polémicas por los casos de trombosis que se han asociado a su administración.

Recientemente, varios medios de comunicación y usuarios de redes sociales han difundido la noticia de que la farmacéutica británica habría reconocido por primera vez que su vacuna puede causar, en casos muy raros, el síndrome de trombosis con trombocitopenia (TTS).

Sin embargo, esta información no es nueva ni supone una novedad científica, sino que se trata de un dato que ya se conocía desde 2021 y que estaba incluido en el prospecto de la vacuna.

¿Qué es el TTS y cómo se relaciona con la vacuna de AstraZeneca?

El TTS es un trastorno que se caracteriza por la formación de coágulos de sangre en diferentes partes del cuerpo, acompañada de una disminución del número de plaquetas, que son las células responsables de la coagulación. Este síndrome puede provocar complicaciones graves, como accidentes cerebrovasculares, infartos o embolias pulmonares, y en algunos casos puede ser mortal.

La relación entre el TTS y la vacuna de AstraZeneca se estableció en 2021, cuando se detectaron varios casos de personas que habían desarrollado este síndrome después de recibir la primera dosis de la vacuna.

La mayoría de los casos se registraron en Europa, especialmente en mujeres menores de 60 años, y se estimó que la incidencia era de unos 4 casos por cada millón de dosis administradas.

Aunque se trata de un riesgo muy bajo, las autoridades sanitarias de varios países decidieron limitar el uso de la vacuna de AstraZeneca a determinados grupos de edad o condiciones clínicas, o incluso suspenderla temporalmente, hasta tener más evidencia sobre su seguridad y eficacia.

De hecho, el 7 de abril de 2021 la Agencia Europea del Medicamento (EMA) publicó un comunicado en el que informaba acerca del síndrome de trombosis con trombocitopenia (trombos sanguíneos en combinación con niveles bajos de plaquetas en sangre), que consideró como un potencial efecto secundario «muy raro», y concluyó que los beneficios seguían superando los riesgos.

Y unos días más tarde, el 14 de abril de 2021, el Comité de Farmacovigilancia (PRAC) de la Agencia Europea del Medicamento informó del síndrome de trombosis con trombocitopenia como un efecto secundario «muy raro, potencialmente grave».

Gracias a los distintos reportes y análisis llevados a cabo, se descubrió que la mayoría de los casos ocurrían en las tres primeras semanas tras la vacunación, principalmente tras la primera dosis (como podemos leer en la ficha técnica de la vacuna), y que, de uno de cada 10.000 casos, «solo» en algunos el efecto secundario acabó siendo grave.

Y en mayo del mismo año, el organismo europeo que regula los medicamentos exigió que se modificara la información de la vacuna para recomendar que se buscara activamente la presencia de coágulos en las personas que tuvieran una disminución de plaquetas en la sangre hasta tres semanas después de recibir la vacuna. Y que, además, se comprobara si las personas con coágulos tenían también esa disminución tras la vacunación, además de otros cambios en el prospecto.

No obstante, esta modificación no alteró la opinión de la agencia sobre este producto, ya que Vaxzevria (nombre comercial de la vacuna de AstraZeneca), seguía siendo beneficiosa para evitar formas más graves de la COVID-19, por lo que los beneficios de la vacuna continuaban superando los riesgos.

¿Qué ha dicho AstraZeneca sobre los efectos secundarios de su vacuna?

AstraZeneca ha defendido en todo momento que su vacuna es segura y eficaz, y que los beneficios de la vacunación superan los riesgos de los posibles efectos adversos. La farmacéutica ha colaborado con las agencias reguladoras y los organismos internacionales para investigar los casos de TTS y proporcionar información actualizada sobre su vacuna.

Así, desde octubre de 2021, el prospecto de la vacuna incluye una advertencia sobre el riesgo de TTS, así como una lista de los síntomas que deben alertar a las personas vacunadas para que acudan al médico. En el caso del efecto secundario que nos ocupa, fue considerado como «muy raro» debido a su baja frecuencia, ya que podía afectar a una de de cada 10.000 personas.

Además, la farmacéutica ha publicado varios estudios clínicos y datos de la vida real que demuestran la eficacia de su vacuna para prevenir la COVID-19, especialmente las formas graves y las hospitalizaciones.

Entonces, ¿por qué se ha difundido la noticia de que AstraZeneca admitió por primera vez los efectos secundarios de su vacuna?

La noticia se originó a raíz de un documento judicial presentado por AstraZeneca en Reino Unido, donde la farmacéutica se enfrenta a una demanda por supuestamente causar la muerte y problemas de salud a varias personas que recibieron su vacuna.

En el documento, la farmacéutica reconoce que su vacuna «puede, en casos muy raros, causar TTS», pero argumenta que esta información ya era pública y que no se puede establecer una relación causal entre la vacuna y las alegaciones de los demandantes.

Sin embargo, algunos medios de comunicación y usuarios de redes sociales interpretaron este documento como una confesión o una novedad por parte de AstraZeneca, y lo difundieron con titulares sensacionalistas o con intenciones políticas.

¿Qué se puede concluir de todo esto?

Se puede concluir que la noticia de que AstraZeneca admitió por primera vez los efectos secundarios de su vacuna es engañoso, ya que se basa en una información que no es nueva ni sorprendente, sino que se conocía desde 2021 y que estaba disponible para el público.

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