No, la Comisión Europea no ha retirado la autorización de la vacuna de AstraZeneca por ser dañina

La Comisión Europea ha revocado la autorización de comercialización de la vacuna de AstraZeneca contra la COVID-19 a petición de la propia empresa farmacéutica, por excedente de vacunas ante la falta de demanda. Y por la necesidad de adaptarse a las nuevas variantes del virus.

LO QUE SE AFIRMA

La Comisión Europea ha revocado la autorización de comercialización de la vacuna de AstraZeneca contra la COVID-19 porque es peligrosa para la salud de las personas.

LO QUE SABEMOS HASTA AHORA

La revocación de la autorización de comercialización de la vacuna de AstraZeneca contra la COVID-19 se ha realizado a petición de la propia empresa farmacéutica, que dejó de producir y distribuir su vacuna en la Unión Europea por falta de demanda y por la necesidad de adaptarse a las nuevas variantes del virus.

AstraZeneca y revocación
No es correcto afirmar que la Comisión Europea ha revocado la autorización de la vacuna de AstraZeneca por ser peligrosa. Foto: Istock

En el día de ayer, 6 de mayo de 2024, conocíamos que la Comisión Europea había revocado la autorización de la vacuna de AstraZeneca contra la COVID-19, a petición de la propia empresa farmacéutica. Sin embargo, desde ese momento, muchos usuarios en redes sociales comenzaron a afirmar que el motivo supuestamente real de esa medida sería que la vacuna es «peligrosa» para la salud de las personas. Y han relacionado tal noticia con la información que conocíamos la pasada semana, según la cual AstraZeneca había admitido por primera vez que su vacuna podía producir un efecto secundario «muy raro» relacionado con la coagulación sanguínea (que ya demostramos que no era cierto, puesto que tal información ya era pública y conocida desde 2021).

Nuevamente, nos encontramos ante una información falsa y engañosa, que tergiversa el contenido del documento oficial de la Comisión.

Si bien es cierto que es verídico que la Comisión Europea ha retirado la autorización de la vacuna contra la COVID-19 desarrollada por AstraZeneca, las afirmaciones que rodean tal decisión no son ciertas.

Se trata de una decisión de la Comisión Europea, fechada el 27 de marzo de 2024, en la que se revoca la autorización de comercialización del medicamento para uso humano “Vaxzevria – Vacuna anti-COVID-19”, que había sido concedida el 29 de enero de 2021. La revocación se produce a solicitud de la propia Astrazeneca, que el 5 de marzo de 2024 presentó una carta en la que renunciaba a dicha autorización. La decisión entró en vigor el 7 de mayo de 2024.

La revocación de la Comisión Europea se debe a una petición del propio fabricante, y no tiene que ver con la seguridad de la vacuna

En ningún momento se menciona que el motivo de la revocación sea que la vacuna sea peligrosa o que haya causado efectos adversos graves. De hecho, la Agencia Europea del Medicamento (EMA) ha reiterado en varias ocasiones que la vacuna de AstraZeneca es segura y eficaz, y que los beneficios superan los riesgos.

La EMA reconoció en su momento que existía una posible relación entre la vacuna y casos muy raros de trombosis, pero ha subrayado que se trata de un efecto secundario muy poco frecuente y que se pueden tomar medidas para prevenirlo y tratarlo.

Entonces, ¿por qué Astrazeneca renunció a la autorización de su vacuna? Según ha explicado el propio fabricante, el motivo fue que “considerada la cantidad de vacunas disponibles y eficaces para las nuevas variantes (…) no ha habido más demanda para la vacuna Vaxzevria, que por consiguiente no ha sido producida ni distribuida”. Es decir, Astrazeneca dejó de fabricar y suministrar su vacuna en la Unión Europea porque había otras opciones más adecuadas para combatir las nuevas cepas del SARS-CoV-2 (causante de la COVID-19).

Además, la EMA había recomendado actualizar los vacunas anti-Covid para adaptarlos a la nueva variante SARS-CoV-2 JN.1, que se espera que sea la dominante en la campaña de vacunación de 2024/2025. Por eso, la EMA instó a los titulares de las autorizaciones de comercialización a contactar con la agencia para discutir los cambios necesarios en la composición de sus vacunas.

Por otro lado, no es cierto que la farmacéutica haya solicitado la revocación de la autorización de comercialización porque el 27 de abril de 2024 el diario The Telegraph publicara una noticia en la que afirmaba que «AstraZeneca admite por primera vez que su vacuna COVID puede causar un raro efecto secundario». Como ya indicamos hace unos días, el síndrome de trombosis con trombocitopenia se conoce desde abril de 2021, y ya aparecía en el prospecto de la vacuna de AstraZeneca en octubre del mismo año. Por tanto, la solicitud se envió antes de que se publicaran tales contenidos.

No es la primera vez que se retire la autorización de comercialización de una vacuna

Como hemos visto, la retirada ha correspondido a una petición del propio fabricante, algo que es absoluto normal, y que, de hecho, no es infrecuente, ya que muchas empresas pueden solicitar la retirada de las autorizaciones de comercialización de vacunas o medicamentos por motivos comerciales. Y, en el caso que nos ocupa, se ha debido principalmente a dos motivos: un «excedente» de vacunas y la ausencia de demanda para dicho producto en la Unión Europea.

Algo que ya ha ocurrido con otras vacunas desarrolladas contra la COVID-19, como han recordado otras organizaciones de verificación, como Maldita. Es el caso, por ejemplo, de la vacuna de Valneva (autorización de comercialización retirada el 1 de diciembre de 2023 tras solicitud del fabricante el 28 de septiembre de 2023), o el caso de la vacuna de Sanofi Pasteur (autorización de comercialización retirada el 18 de marzo de 2024 tras solicitud del fabricante el 18 de enero de 2024). En el caso de Valneva, de hecho, el fabricante tomó la decisión más de 12 meses después de que la Comisión Europea decidiera finalizar el acuerdo de compra de dicha vacuna.

Algo similar ha ocurrido con otras vacunas a lo largo de los años, como ha sido el caso de la vacuna utilizada contra la viruela (que en España dejó de ser administrada en 1979), la vacuna contra la polio (que a partir de 2016 se fue retirando la comercialización de la vacuna oral tradicional por una opción mejor), o la vacuna de la rabia, entre muchas otras.

En conclusión, la Comisión Europea no ha retirado la autorización de comercialización de la vacuna de AstraZeneca contra la COVID-19 por ser peligrosa o por causar efectos adversos graves, sino que ha aceptado la renuncia de la propia AstraZeneca, que dejó de producir y distribuir su vacuna en la Unión Europea por la existencia de excedente disponible, falta de demanda y por la necesidad de adaptarse a las nuevas variantes del virus.

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