La vacunación contra la COVID-19 sigue siendo un tema de debate y controversia en muchos países, especialmente ante la aparición de nuevas variantes del virus y la necesidad de administrar dosis de refuerzo. Algunas personas, influidas por la desinformación y las teorías conspirativas, se niegan a vacunarse o difunden falsedades sobre los supuestos riesgos o efectos secundarios de las vacunas.
Uno de los bulos más recientes que circula por las redes sociales es que Japón habría prohibido las vacunas de ARNm contra la COVID-19, como las de Pfizer o Moderna, debido a un aumento de las muertes súbitas en el país. Esta afirmación es falsa y carece de fundamento científico.
La fuente de esta afirmación —en realidad falsa— es una publicación de un artículo de una página web conspirativa, que a su vez se ha hecho viral a través de las redes sociales. La publicación afirma que Japón habría suspendido el uso de las vacunas de ARNm y habría pedido a otros países que hicieran lo mismo, tras un estudio oficial del gobierno que relacionaría las vacunas con las muertes súbitas.
Sin embargo, esta afirmación es una invención. El Ministerio de Salud, Trabajo y Bienestar de Japón sigue ofreciendo varias vacunas contra la COVID-19, incluidas las de ARNm, que están aprobadas para personas mayores de 12 años y niños de 5 a 11 años. El único cambio reciente en el programa de vacunación de Japón es que el ministerio ha dejado de subvencionar las vacunas a partir del 31 de marzo de 2024.
Además, el ministerio ha desmentido en su página web que exista una relación causal entre las vacunas y las muertes súbitas, basándose en estudios científicos que no han encontrado un aumento significativo del riesgo de mortalidad tras la vacunación. El ministerio también ha aclarado que las muertes súbitas se registraron en algunas prefecturas (regiones) durante la pandemia, pero antes de que se iniciara la vacunación.
Otro de los argumentos que utiliza el bulo es que un estudio reciente habría demostrado que las vacunas de ARNm habrían contaminado el suministro de sangre de Japón, debido a que las personas vacunadas donan sangre. Sin embargo, este estudio no es una investigación oficial del gobierno, sino un artículo preliminar (preprint) que no ha sido revisado por pares ni publicado en una revista científica o médica.
El artículo, titulado “Preocupaciones sobre las transfusiones de productos sanguíneos derivados de receptores de vacunas genéticas y propuestas de medidas específicas”, pide que se suspenda el programa de vacunación mientras se realiza una evaluación de riesgo-beneficio sobre el impacto en los productos sanguíneos, pero no tiene ninguna validez oficial.
Este artículo ha sido utilizado para difundir otras afirmaciones falsas, como que Japón prohibiría a las personas vacunadas donar sangre “contaminada”. Estas publicaciones enlazan a un artículo de una página web que propaga desinformación. Ese artículo se basa en el artículo preprint (preliminar) y en otro artículo de otra página web conocida ampliamente por publicar desinformación.
Sin embargo, ninguno de estos artículos afirma que Japón vaya a prohibir a las personas vacunadas donar sangre, solo que los investigadores han pedido que se suspenda el programa de vacunación.
Por tanto, la afirmación de que Japón ha prohibido las vacunas contra la COVID-19 debido a un aumento de las muertes es falsa. El ministerio de salud de Japón sigue ofreciendo varias vacunas, incluidas las de ARNm, y afirma que las muertes súbitas no están relacionadas con las vacunas.
