No, la Aemet no ha eliminado datos anteriores a 1950 en Ourense, Sevilla ni Madrid: los registros históricos existen, pueden consultarse públicamente y no niegan el cambio climático

Tuits virales acusan falsamente a la Aemet de eliminar datos históricos de Ourense, Sevilla y Madrid para ocultar registros antiguos de calor extremo.

LO QUE SE AFIRMA

«En Ourense la AEMET elimina los datos anteriores a 1950, igual que en Sevilla. A pesar de tener registros desde antes de 1900. ¿Por qué? Porque la ciencia dice lo contrario que ellos. Calendarios del ejército y el SMN recogen temperaturas máximas de más de 40° en mayo, junio...».

LO QUE SABEMOS HASTA AHORA

Falso La Aemet mantiene disponibles públicamente los registros anteriores a 1950, aunque advierte que deben interpretarse con cautela debido a la falta de estandarización en los métodos de medición antiguos.


LO QUE SE AFIRMA

«En Madrid, la AEMET elimina los datos anteriores a 1950, igual que en Sevilla. A pesar de tener registros desde antes de 1900 con temperaturas parecidas a la actual. ¿Por qué? Porque la ciencia del clima tiene que vender cambio climático».

LO QUE SABEMOS HASTA AHORA

Falso Los datos históricos de Madrid, incluidos los del observatorio de El Retiro desde 1893, están disponibles públicamente y muestran que las temperaturas de 40 ºC no se registraron hasta 1993, reflejando un claro calentamiento reciente.

La AEMET no ha eliminado datos anteriores a 1950 en Ourense, Sevilla ni Madrid

Una publicación en X (archivado aquí) ha alcanzado más de 322.000 visualizaciones y ha sido compartida más de 3.000 veces al afirmar que la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) “elimina los datos anteriores a 1950 en Ourense y Sevilla”, a pesar de contar con registros desde finales del siglo XIX. El autor sostiene además que esta supuesta eliminación responde a un intento de ocultar que ya entonces se registraban temperaturas superiores a 40 °C en mayo o junio.

La afirmación, sin embargo, es falsa.

Captura de pantalla realizada el 21 de agosto de 2025
Captura de pantalla realizada el 21 de agosto de 2025. Fuente: X/Twitter

La Aemet no ha eliminado los datos históricos de temperaturas previas a 1950 en Ourense ni en Sevilla. Los registros antiguos —incluido el “Calendario Meteoro-Fenológico” del Servicio Meteorológico Nacional de 1946, citado en el tuit— siguen disponibles públicamente. Este calendario recoge las temperaturas máximas absolutas entre 1901 y 1930 y puede consultarse en la web de la propia Aemet.

En Ourense, las series comienzan en 1920. En Sevilla, en 1951, coincidiendo con la apertura de estaciones oficiales en el aeropuerto y en Morón de la Frontera. La Aemet ha aclarado en múltiples ocasiones que no ha eliminado ningún registro, aunque los más antiguos se manejan con reservas debido a la falta de homogeneidad en las condiciones de medición.

De forma similar, otro tuit viral (archivado aquí) difundió una narrativa casi idéntica en relación con Madrid: “En Madrid, la AEMET elimina los datos anteriores a 1950, igual que en Sevilla. A pesar de tener registros desde antes de 1900 con temperaturas parecidas a la actual. ¿Por qué? Porque la ciencia del clima tiene que vender Cambio Climático”, afirmaba el mensaje acompañado de una gráfica con las temperaturas medias anuales en el observatorio de El Retiro desde 1838 hasta 2020. Pero, nuevamente, esta afirmación es igualmente falsa.

Captura de pantalla realizada el 21 de agosto de 2025
Captura de pantalla realizada el 21 de agosto de 2025. Fuente: X/Twitter

La gráfica muestra tres supuestas fases: un calentamiento inicial, un “enfriamiento” prolongado a lo largo del siglo XX y un nuevo calentamiento desde finales de siglo hasta hoy. Sin embargo, el análisis riguroso del conjunto de la serie indica una clara tendencia al alza desde mediados del siglo XX, en línea con las conclusiones del IPCC y los estudios de climatología urbana.

Desde la Aemet, su portavoz José Ángel Núñez nos ha confirmado que “Aemet no ha ‘eliminado datos anteriores’. De hecho, el documento del que ha obtenido la información ese usuario está disponible en nuestra página web. Se trata de un almanaque llamado ‘Calendario Meteorológico-Fenológico’, que se publica ininterrumpidamente desde 1943. Al que se hace referencia es al de la edición de 1946”. Añade además que “los datos de las estaciones de la red principal de Aemet de Ourense y Madrid Retiro están disponibles en el portal de Open Data de Aemet desde 1920, cualquier ciudadano puede entrar y comprobarlo. En el caso de la provincia de Sevilla, las series de las dos estaciones de la red principal disponibles (Sevilla aeropuerto y Morón) arrancan en 1951 y también están disponibles en Open Data.”

En cuanto a los registros extremos de temperaturas superiores a 40 °C, Núñez confirma que “en Madrid Retiro, la primera vez que se registraron 40 ºC (incluyendo todos los datos desde 1893), fue el 20 de agosto de 1993. Es decir, el primer siglo de datos de la estación no hubo ningún día con máxima que alcanzara los 40. Desde entonces, se han alcanzado en 11 ocasiones, con el máximo absoluto de 40.7 en tres ocasiones el 28 de junio de 2019, el 14 de julio de 2022 y el 14 de agosto de 2021.” Sobre Ourense, desde la Aemet señalan que cualquiera puede acceder a los datos desde 1920, y que “entre 1920 y 1989, solo una vez se llegó a ese umbral de 42 ºC, el 13 de julio de 1928, cuando se registraron 42.0 ºC. A partir de 1990 ese umbral se ha superado en 8 ocasiones, con el máximo histórico durante la ola de calor de 2022, y se llegó a registrar 44.1 °C el 14 de julio, que es la temperatura más alta registrada en esta localidad.”

A propósito de los registros anteriores a 1920, Núñez aclara que “existen series de datos anteriores a 1920, pero en muchos casos se carece de la información acerca de los métodos en que fueron medidos, así como otros aspectos fundamentales como la ubicación exacta o el instrumental utilizado. Se sabe que a finales del siglo XIX y principios del siglo XX los abrigos meteorológicos no protegían de la radiación solar como los que se comenzaron a utilizar posteriormente, por lo que daban medidas más elevadas que con los estándares actualmente considerados. Los calendarios meteorológicos antiguos pueden contener datos registrados en esas condiciones no estandarizadas o sin que se disponga de la información suficiente sobre cómo fueron tomados; pero estos calendarios se mantienen en nuestra página web por su indudable valor histórico.” Añade además que “en Aemet se suelen considerar los datos como medidos de manera confiable en estaciones de la red principal (es decir, aquellas que contaban con datos horarios y personal a cargo desde sus orígenes) a partir de 1920. De datos anteriores a esa fecha, por las razones expuestas, no siempre se puede constatar su veracidad. Esto no quiere decir que no sean datos válidos, sino que no son constatables. En cualquier caso, si se hubiesen producido, no negarían el incremento de las temperaturas ni el aumento de la frecuencia de episodios extremos que se está produciendo en las últimas décadas como consecuencia del cambio climático.” Y concluye: “Esos datos anteriores a 1920 (y todos) están a disposición de la Comunidad investigadora que en las últimas décadas han hecho estudios con ellos, analizando los metadatos y los efectos de abrigos meteorológicos que se empleaban antes de 1920 hayan podido tener en las series de datos.” Como podemos comprobar en este estudio o en este.

Expertos advierten de que no se puede evaluar el cambio climático moderno basándose únicamente en promedios anuales sin considerar el contexto de urbanización, los cambios en las estaciones de medida o el efecto de la isla de calor urbana, particularmente relevante en observatorios como El Retiro. Además, como ocurre con otros registros antiguos, los primeros datos de la serie (siglo XIX) carecen en muchos casos de información técnica fiable sobre el instrumental utilizado o el método de exposición del mismo.

El uso de documentos antiguos para negar el cambio climático no es nuevo

En 2022, otro contenido viral circuló en redes con imágenes del mismo almanaque meteorológico de Aemet de 1901 a 1930. Entonces, se destacaba que Sevilla ya había registrado 46,6 °C para argumentar que “toda la vida ha hecho calor”. Según verificó el medio Newtral, aunque los datos del documento eran reales, no se pueden sacar conclusiones sólidas a partir de temperaturas puntuales tomadas hace casi un siglo sin información sobre cómo se midieron. Desde la ubicación de las estaciones hasta el tipo de protección del instrumental, muchos factores pueden alterar los resultados. Además, una máxima extrema aislada no contradice la tendencia actual de aumento de las temperaturas medias ni el incremento en la frecuencia de fenómenos extremos como las olas de calor. De forma similar, en 2023 la organización Maldita.es ya verificó afirmaciones parecidas, en las que se utilizaban registros de temperatura en julio de 1876 para desinformar sobre el cambio climático, alegando que “hay ciclos solares cada 50 años” y que este calentamiento “siempre ha ocurrido”. Como concluyeron, aunque los registros son reales, no se consideran datos fiables porque probablemente se midieron de forma errónea. En este sentido, y como recuerda Núñez, «estas desinformaciones son habituales en verano».

Las series oficiales modernas son ajustadas y validadas según estándares internacionales. De hecho, estudios como el de Cardil et al. (2014) han documentado un aumento sostenido en la frecuencia de días extremadamente cálidos en el sur de Europa en las últimas décadas, con implicaciones comprobadas en salud, incendios forestales y agricultura. Un estudio detallado, publicado en la revista Environmental Research y realizado por investigadores de la Universidad de Santiago de Compostela, concluye que desde 1950 las olas de calor en la península ibérica son cada vez más frecuentes, más intensas y afectan a una mayor superficie del territorio. Otra investigación internacional publicada en Nature Communications reveló que los días de calor extremo se han vuelto más frecuentes en casi todas las regiones del planeta, aumentando la duración e intensidad de los episodios de calor acumulado.

El fenómeno del cambio climático no se basa en episodios aislados del pasado, sino en una tendencia clara y estadísticamente significativa de aumento de temperaturas globales y regionales, tal como respaldan múltiples publicaciones científicas. Utilizar datos puntuales de series antiguas sin contextualizar ni aplicar criterios de calidad puede llevar a interpretaciones erróneas y alimentar narrativas desinformadoras.

Conclusión: las afirmaciones virales son falsas. La Aemet no ha eliminado datos históricos en Ourense, Sevilla ni Madrid. Los registros antiguos siguen disponibles, aunque no se consideran plenamente fiables para estudios comparativos modernos debido a limitaciones técnicas y metodológicas. La tendencia de aumento de temperaturas observada desde mediados del siglo XX no queda desmentida por la existencia de valores aislados anteriores. Todos los datos, incluidos los más antiguos, pueden consultarse públicamente y están disponibles para la comunidad investigadora especializada.

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