No, los niños vacunados contra la COVID-19 no tienen una tasa de mortalidad 5,7 veces mayor que los no vacunados

Un artículo publicado en Ciencia y Salud Natural afirma que la mortalidad en niños vacunados contra COVID-19 es 5,7 veces mayor que en los no vacunados. Es falso. El estudio no llegó a esa conclusión.

LO QUE SE AFIRMA

Los niños de 5 a 18 años vacunados contra COVID mueren a una tasa 5,7 veces mayor que los no vacunados.

LO QUE SABEMOS HASTA AHORA

Falso. El estudio no llegó a esa conclusión. No hay evidencia de que la vacunación contra COVID-19 aumente significativamente la mortalidad infantil en comparación con los no vacunados.

No, los niños vacunados contra la COVID-19 no tienen una tasa de mortalidad 5,7 veces mayor que los no vacunados

Un artículo publicado recientemente en el portal Ciencia y Salud Natural afirma que los niños vacunados contra COVID-19 mueren a una tasa 5,7 veces mayor que los no vacunados, citando un estudio revisado por pares publicado en una revista médica. Según el artículo, los datos que respaldan esta afirmación estarían “ocultos” en un documento suplementario del estudio, y los autores del mismo habrían evitado discutir las diferencias en la mortalidad. La afirmación ha generado controversia y ha sido compartida en redes sociales y blogs antivacunas.

Vamos a analizar la validez de esta afirmación revisando el estudio original mencionado, los datos suplementarios y las interpretaciones que se han hecho de los mismos.

Contexto del estudio

El estudio en cuestión, titulado “Asociación entre la vacuna/infección por COVID-19 y el asma de nueva aparición en niños, según la base de datos global TriNetX”, fue publicado en una revista científica revisada por pares. El objetivo principal del trabajo era investigar la relación entre la infección por COVID-19 y la aparición de asma en niños vacunados y no vacunados, utilizando la extensa base de datos global TriNetX, que contiene información de más de 300.000 niños, en su mayoría de Estados Unidos.

El estudio utilizó un enfoque de cohorte retrospectiva con dos grupos: niños vacunados y no vacunados, ambos sometidos a pruebas de COVID-19 mediante PCR. Los resultados principales se centraban en la aparición de asma en los niños tras la infección por COVID-19, así como en el uso de medicamentos anti-asmáticos, con una comparación entre los grupos infectados y no infectados. Además de estas medidas, el estudio también reportó los índices de mortalidad en estos grupos, tanto en los datos principales como en un documento suplementario.

En la conclusión del estudio, de hecho, podemos leer lo siguiente: “El estudio pone de relieve una fuerte relación entre la infección por COVID-19 y un mayor riesgo de asma de nueva aparición en niños”.

Análisis de los datos: la afirmación de una mayor tasa de mortalidad en niños vacunados

El artículo de Ciencia y Salud Natural afirma que los niños vacunados contra el COVID-19 mueren a una tasa 5,7 veces mayor que los no vacunados, basándose en los datos del Suplemento 1 del estudio. Para sustentar esta afirmación, el artículo cita la Tabla S2 del documento suplementario, que muestra las tasas de mortalidad en ambos grupos. Según el artículo desinformativo, los niños vacunados presentaron una tasa de mortalidad del 0.6%, mientras que los no vacunados registraron una mortalidad del 0.1%, lo que lleva a la conclusión de que la mortalidad es significativamente mayor en los vacunados.

Sin embargo, es importante examinar detenidamente los datos y los métodos de análisis antes de sacar conclusiones. Veamos los puntos clave:

1. Comparación errónea de los grupos

La afirmación de que la tasa de mortalidad en los niños vacunados es 5,7 veces mayor que en los no vacunados se basa en una comparación inapropiada, que incluso no se menciona en el estudio (como reconocen en el artículo de Ciencia y Salud Natural). Los datos de la Tabla S2 muestran una tasa de mortalidad del 0.6% para los niños vacunados no infectados y del 0.5% para los vacunados infectados. Por otro lado, tanto los niños no vacunados infectados como los no vacunados no infectados muestran una tasa de mortalidad del 0.1%.

El error aquí radica en comparar niños vacunados no infectados con niños no vacunados infectados. Estos grupos no son directamente comparables, ya que están sujetos a diferentes riesgos y condiciones. Los niños vacunados no infectados no están expuestos al mismo riesgo que los no vacunados infectados, lo que invalida cualquier comparación directa.

2. Hazard Ratio y significancia estadística

Más allá de las tasas brutas de mortalidad, el estudio proporciona el Hazard Ratio (HR), una medida estadística que indica el riesgo relativo de muerte en un grupo en comparación con otro. Para los niños vacunados infectados, el HR es de 0.88 (IC 95%: 0.71-1.08), lo que significa que no hay una diferencia significativa en el riesgo de muerte entre los niños vacunados infectados y los no vacunados infectados. De hecho, el HR de 0.88 sugiere que los vacunados infectados tienen una probabilidad ligeramente menor de morir, aunque no de manera estadísticamente significativa.

Si hubiera un riesgo de mortalidad 5,7 veces mayor en los vacunados, el HR debería ser mucho mayor y el intervalo de confianza no debería incluir el valor de 1. Sin embargo, esto no es lo que muestran los datos.

No en vano, como señalan los autores en el estudio, se encontró “que la infección por COVID-19 tuvo un impacto estadístico no significativo en la mortalidad infantil en el plazo de un año”. Y aclaran, además, que “las vacunas COVID-19 se administran ampliamente y han reducido significativamente el riesgo de enfermedad grave, hospitalización y mortalidad. La literatura indica que una minoría de individuos pueden desarrollar efectos adversos tras la vacunación, como miocarditis y síntomas relacionados con el ciclo menstrual”.

3. Posible influencia de las comorbilidades

El artículo desinformativo también sugiere que las comorbilidades pueden estar detrás de esta diferencia en la mortalidad, y que incluso las diferencias en comorbilidades no explican completamente la supuesta tasa de mortalidad más alta en los vacunados. Sin embargo, los datos del estudio no respaldan esta afirmación.

La Tabla S1 del suplemento muestra que las comorbilidades, como la enfermedad renal crónica (ERC), fueron más prevalentes en los niños vacunados. Esto es importante porque las comorbilidades pueden afectar la mortalidad general. Sin embargo, incluso con una mayor prevalencia de comorbilidades, el estudio no encontró diferencias significativas en la mortalidad entre los niños vacunados infectados y los no vacunados infectados.

Además, es importante señalar que el porcentaje de niños con ERC fue muy bajo (menos del 0.5%), lo que significa que esta comorbilidad no puede explicar por sí sola un aumento significativo en la mortalidad. Otros factores, como la atención médica y la protección que ofrece la vacunación, también influyen en los resultados y no se pueden ignorar.

4. El contexto de la mortalidad infantil en Estados Unidos

El artículo desinformativo cita las principales causas de muerte en niños de 5 a 18 años en Estados Unidos, como lesiones no intencionales, suicidios, cáncer y homicidios. Si bien es cierto que estas causas representan la mayoría de las muertes en este grupo de edad, el estudio no encontró que las vacunas contra el COVID-19 fueran un factor de riesgo significativo para aumentar la mortalidad por estas causas. Las vacunas contra el COVID-19 están diseñadas para prevenir enfermedades graves causadas por el virus, y no hay evidencia en el estudio que sugiera que la vacunación esté relacionada con un aumento en las muertes por otras causas.

La afirmación de que “los niños de 5 a 18 años vacunados contra COVID mueren a una tasa 5,7 veces mayor que los no vacunados” es falsa y está basada en una interpretación errónea de los datos. El estudio original no respalda esta conclusión, y los análisis detallados del documento suplementario muestran que no hay una diferencia significativa en la mortalidad entre los niños vacunados y los no vacunados infectados. Es crucial evitar sacar conclusiones basadas en comparaciones incorrectas o malinterpretaciones de los datos estadísticos.

Referencias:

  • Yang, CY., Shih, YH. & Lung, CC. The association between COVID-19 vaccine/infection and new-onset asthma in children – based on the global TriNetX database. Infection (2024). doi: 10.1007/s15010-024-02329-3

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