¿Existe realmente relación entre el 5G, las vacunas contra la COVID-19 y el cáncer?

Una reciente publicación viral en Threads vincula las vacunas contra la COVID-19 y la conectividad 5G con el cáncer. Sin embargo, no hay ninguna relación causal entre el 5G, las vacunas contra la COVID-19 y el cáncer.

LO QUE SE AFIRMA

Las vacunas contra la COVID-19 y el 5G están causando casos de cáncer, y un aumento de los mismos.

LO QUE SABEMOS HASTA AHORA

No hay evidencia científica de que las vacunas contra la COVID-19 y/o la conectividad 5G causen cáncer. Se trata de una afirmación totalmente falsa.

La verdad sobre el 5G, las vacunas y el cáncer
La verdad sobre el 5G, las vacunas y el cáncer. Foto: Istock

En las redes sociales circulan numerosos bulos y teorías conspirativas que relacionan el 5G, las vacunas contra la COVID-19 y el cáncer. Estas afirmaciones carecen de base científica y pueden generar confusión y desconfianza en la población. En esta ocasión, analizamos algunas de las falsedades más extendidas y las contrastamos con las evidencias disponibles.

El 5G no causa cáncer ni otras enfermedades

Una de las afirmaciones más repetidas es que el 5G, la quinta generación de tecnología móvil, es responsable de causar cáncer y otras enfermedades graves. Según esta idea, el 5G emite un tipo de radiación electromagnética que daña el ADN de las células y favorece el desarrollo de tumores.

Sin embargo, esta hipótesis no tiene ningún fundamento científico. El 5G utiliza un rango de frecuencias que se encuentra dentro del espectro de las ondas no ionizantes, es decir, aquellas que no tienen suficiente energía para alterar la estructura molecular de los átomos. Estas ondas son las mismas que se emplean en otras tecnologías como el WiFi, el Bluetooth o la televisión digital.

Numerosos estudios han demostrado que la exposición a este tipo de ondas no supone ningún riesgo para la salud humana, siempre que se respeten los límites establecidos por las autoridades internacionales. Estos límites se basan en el principio de precaución y garantizan un amplio margen de seguridad para evitar cualquier efecto adverso.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha afirmado que no hay evidencia de que la exposición a campos electromagnéticos de bajo nivel tenga consecuencias para la salud. Asimismo, la Comisión Internacional de Protección contra las Radiaciones No Ionizantes (ICNIRP) ha concluido que no hay motivos para creer que el 5G tenga un impacto diferente o mayor que las tecnologías anteriores.

Las vacunas contra la COVID-19 no provocan “turbo cánceres” ni otras patologías

Otra de las falacias que circulan por internet es que las vacunas contra la COVID-19 provocan “turbo cánceres” o aceleran el crecimiento de los tumores existentes. Esta afirmación se basa en el supuesto de que las vacunas alteran el sistema inmunológico y lo debilitan frente a las células cancerosas.

Esta afirmación es igualmente falsa y carece de respaldo científico. Las vacunas contra la COVID-19 tienen como objetivo estimular la respuesta inmune del organismo frente al virus, generando anticuerpos y células de memoria que lo reconocen y lo neutralizan. Estas vacunas no interfieren con el funcionamiento normal del sistema inmune ni lo hacen más vulnerable a otras enfermedades.

De hecho, las vacunas pueden tener un efecto beneficioso para la prevención y el tratamiento del cáncer, ya que pueden activar mecanismos de defensa que eliminan las células anormales o infectadas. Algunas vacunas, como la del papiloma humano o la de la hepatitis B, han demostrado su eficacia para reducir el riesgo de desarrollar ciertos tipos de cáncer.

No hay ninguna evidencia de que las vacunas contra la COVID-19 hayan provocado un aumento de la incidencia o la mortalidad por cáncer. Los datos disponibles indican que el número de casos de cáncer diagnosticados en 2020 fue menor que en años anteriores, debido probablemente al retraso o la cancelación de las pruebas de detección por la pandemia. En 2021, el número de casos se ha recuperado hasta alcanzar niveles similares a los de 2019, sin que se aprecie una tendencia al alza:

«Varios opositores populares a las vacunas […] están promoviendo la afirmación falsa de que las vacunas COVID-19 causan los llamados “turbocánceres”. Estas publicaciones afirman que los médicos están viendo un aumento en el número de cánceres agresivos en etapa terminal en adultos jóvenes […]. El turbocáncer es un término acuñado por los opositores a las vacunas y los expertos en cáncer o inmunología no lo reconocen como un fenómeno real. […] No hay evidencia de un aumento en el número de cánceres agresivos y no agresivos diagnosticados después de la vacunación contra el COVID-19.»

Fuente: Colaboración de Comunicaciones de Salud Pública (PHCC) en un comentario en su sitio web.

No en vano, el renombrado Centro Oncológico Memorial Sloan Kettering desestimó en octubre de 2023 la afirmación de que las vacunas contra la COVID-19 causan cáncer, y lo tachó en su momento de un “completo mito”.

El “electrosmog” no es un concepto científico ni una amenaza para la salud

Por último, otra de las nociones que se utilizan para generar alarma y desinformación es la del “electrosmog”. Este término se refiere a la supuesta contaminación ambiental producida por las ondas electromagnéticas emitidas por los dispositivos electrónicos y las antenas de telecomunicaciones.

El “electrosmog” no es un concepto científico ni una medida objetiva de la exposición a la radiación electromagnética. Se trata de un término coloquial que se usa para crear una asociación negativa con el smog, que es una forma de contaminación atmosférica que sí tiene efectos nocivos para la salud.

La realidad es que el nivel de exposición a las ondas electromagnéticas que se produce en la vida cotidiana es muy bajo y no supone ningún peligro para la salud. La mayor parte de la radiación que recibimos proviene de fuentes naturales, como el sol o el fondo cósmico. La radiación artificial que generan los dispositivos electrónicos y las antenas de telecomunicaciones es muy inferior a la natural y está muy por debajo de los límites de seguridad establecidos.

En conclusión, no hay ninguna relación causal entre el 5G, las vacunas contra la COVID-19 y el cáncer. Estas afirmaciones son falsas y carecen de base científica. Se trata de bulos y teorías conspirativas que buscan generar miedo y desconfianza en la población. Es importante contrastar la información que se recibe por las redes sociales y consultar fuentes fiables y verificadas.

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