Es falso que el dióxido de cloro cure enfermedades: el peligro de los “Protocolos CDS”

A pesar de lo que se afirma en "Protocolos CDS de la A a la Z", el dióxido de cloro, comercializado como CDS, no es un tratamiento médico efectivo y su consumo puede provocar graves daños a la salud. De hecho, no está autorizado para el tratamiento de ninguna enfermedad y las principales autoridades sanitarias advierten sobre los riesgos de consumirlo.

LO QUE SE AFIRMA

El dióxido de cloro oxigena la sangre y elimina virus, bacterias y metales pesados del cuerpo.

LO QUE SABEMOS HASTA AHORA

Falso. El dióxido de cloro es un oxidante fuerte que, al ser ingerido, puede causar efectos adversos graves como intoxicación, daño renal y problemas respiratorios. No está autorizado para el tratamiento de ninguna enfermedad.

La peligrosa pseudociencia detrás del dióxido de cloro

Recientemente, un tuit publicado por una cuenta de Twitter creada en junio de 2024, identificada como doctora, dirigía a una página llamada “Cáncer Emocional” —un sitio web editado desde Castalla, Alicante, según podemos leer en su política de privacidad—, donde se propone el uso de CDS (dióxido de cloro) para tratar una lista extensa de enfermedades. El tuit en cuestión fue visto más de 30 mil veces, antes de ser eliminado por su autora (fue originalmente publicado aquí).

La afirmación de que el dióxido de cloro puede tratar o curar enfermedades no está respaldada por evidencia científica y su consumo supone graves riesgos para la salud.

Tuit protocolo CDS
Captura de pantalla del tuit original donde se promocionaba la página “Cáncer emocional” y su artículo “Protocolos CDS de la A a la Z”. Captura realizada el 7 de septiembre de 2024. Fuente: X/Twitter

Introducción a los supuestos beneficios del CDS

En la primera parte de los “Protocolos CDS de la A a la Z”, una guía de uso sin ningún tipo de aval científico ni médico publicada originalmente el 13 de septiembre de 2020, se menciona que el dióxido de cloro, según Andreas Kalcker, actúa como un potente oxidante con la capacidad de eliminar virus, bacterias y metales pesados del cuerpo. Además, se afirma que el CDS aporta una cantidad significativa de oxígeno a la sangre. Sin embargo, las autoridades de salud internacionales, como la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos) y la AEMPS (Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios), han advertido desde hace años sobre los peligros asociados con el consumo de dióxido de cloro.

El dióxido de cloro es una sustancia química utilizada principalmente como desinfectante industrial, por ejemplo, en la purificación del agua. Si bien tiene propiedades para eliminar bacterias y virus en entornos controlados, no hay ninguna prueba científica de que su ingestión tenga efectos positivos sobre la salud humana. De hecho, como ha advertido en varias ocasiones la propia AEMPS, su ingesta puede ser extremadamente peligrosa, provocando náuseas, vómitos, diarrea, intoxicaciones graves y, en casos extremos, la muerte.

Captura artículo Procolos CDS de la A a la Z
Captura de pantalla de la página “Protocolos CDS de la A a la Z”, de “Cáncer emocional”. Captura realizada el 8 de septiembre de 2024.

El dióxido de cloro no es un medicamento

En el tuit de la presunta doctora que viralizó el “protocolo” publicado en la página “Cáncer Emocional”, se invita a los lectores a utilizar el CDS siguiendo una serie de “protocolos” para tratar enfermedades que van desde resfriados comunes hasta cáncer y malaria. Sin embargo, esta recomendación es profundamente errónea y peligrosa. En España, la AEMPS emitió una alerta ya en 2010 sobre el producto conocido como MMS (Miracle Mineral Solution), prohibiendo su comercialización debido a los riesgos para la salud. La agencia calificó este producto como un medicamento ilegal, ya que nunca ha sido evaluado ni autorizado por las autoridades competentes.

En la alerta de 2010, la AEMPS advertía que el clorito de sodio (del que se obtiene el dióxido de cloro) puede causar daños graves al ser ingerido, transformándose en ácido cloroso y luego en dióxido de cloro. Esta sustancia es un oxidante extremadamente fuerte, capaz de provocar serios efectos adversos como daño renal, metahemoglobinemia (una alteración de los glóbulos rojos), vómitos y diarrea severa. En algunos casos reportados en Canadá, el consumo de MMS puso en riesgo la vida de los pacientes.

CONTEXTO ADICIONAL

MMS es una mezcla de clorito de sodio (NaClO2) y agua destilada. Cuando se combina con un ácido, como el ácido cítrico o el ácido clorhídrico en el jugo gástrico, reacciona formando dióxido de cloro.

Falsa relación entre el CDS y el oxígeno en sangre

Una de las afirmaciones más peligrosas en los “Protocolos CDS de la A a la Z” es que el dióxido de cloro mejora la oxigenación de la sangre. Esta idea es completamente falsa y carece de cualquier base científica. De hecho, la propia naturaleza oxidante del dióxido de cloro puede llevar a la formación de metahemoglobina, una condición en la que los glóbulos rojos pierden su capacidad de transportar oxígeno de manera efectiva. En vez de mejorar la oxigenación, el dióxido de cloro en realidad podría interferir con el suministro de oxígeno en el cuerpo, poniendo en riesgo la vida del consumidor.

Este mito sobre la “oxigenación” ha sido uno de los más repetidos por los defensores del CDS, incluidos Andreas Kalcker y quienes promueven estos productos. Sin embargo, la ciencia lo desmiente rotundamente. Los médicos y expertos en toxicología han advertido sobre el daño potencial que este tipo de desinformación puede causar en la población.

La verdad detrás de los “Protocolos CDS”

Los “Protocolos CDS de la A a la Z” son una lista detallada de supuestos tratamientos con dióxido de cloro para una variedad de condiciones. Desde enfermedades comunes como gripes, hasta casos graves como cáncer y malaria, cada protocolo sugiere formas específicas de consumir CDS. Por ejemplo, el “Protocolo (C+)” para tratar el cáncer y el “Protocolo (T)” para enfermos terminales son particularmente peligrosos porque ofrecen falsas esperanzas a pacientes que pueden estar en una situación vulnerable.

Es importante destacar que ninguna autoridad sanitaria ha aprobado el dióxido de cloro como tratamiento para ninguna enfermedad, incluida la COVID-19. Durante la pandemia, se produjo un resurgimiento de la promoción de MMS y el dióxido de cloro en redes sociales, en un intento por aprovechar el miedo y la incertidumbre generalizados, como ocurrió en un vídeo en el que una médica, llamada Chinda Brandolino, negaba la pandemia y defendía los supuestos beneficios de este compuesto químico para tratar la COVID-19. En respuesta a esta ola de desinformación, la AEMPS emitió en 2020 otra advertencia, reiterando que el consumo de dióxido de cloro no sólo no previene ni cura la COVID-19, sino que puede causar graves problemas de salud.

La realidad de los efectos secundarios

Como menciona la AEMPS en su nota informativa de 2020, el consumo de dióxido de cloro puede tener consecuencias graves. Estos efectos incluyen dolor abdominal, náuseas, vómitos, diarrea, y en casos más graves, daño renal, anemia hemolítica y problemas respiratorios. También se ha informado de casos de intoxicación en personas que inhalan los vapores de esta sustancia, lo que puede provocar irritación ocular, broncoespasmo y edema pulmonar.

Además, el Instituto Nacional de Toxicología de España ha reportado varios casos de intoxicaciones relacionados con el consumo de dióxido de cloro. Estos casos ponen de manifiesto que las personas están siguiendo recomendaciones peligrosas basadas en información errónea, lo que subraya la necesidad de que las autoridades sigan tomando medidas contundentes para frenar la venta y el uso de este producto.

A nivel internacional, varias autoridades sanitarias han advertido sobre los riesgos para la salud asociados con el consumo de este producto y la falta de pruebas que respalden su utilidad terapéutica. Entre estas autoridades se encuentran la FDA de Estados Unidos, la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) de Argentina, la Sociedad Argentina de Infectología o la Asociación Toxicológica Argentina, entre otras.

Uso industrial versus consumo humano

Es crucial entender que, aunque el dióxido de cloro puede tener usos válidos en la desinfección del agua o como blanqueante industrial, estos usos están estrictamente regulados y no implican su ingestión por seres humanos. Los productos que contienen dióxido de cloro para estos fines están claramente etiquetados y no se presentan como aptos para el consumo humano.

Sin embargo, algunos promotores de CDS intentan confundir a los consumidores sugiriendo que su uso en desinfección puede trasladarse a tratamientos médicos, lo cual es absolutamente falso y peligroso.

El artículo “Protocolos CDS de la A a la Z” se basa en una pseudociencia que no sólo no tiene fundamento, sino que además pone en grave riesgo la salud de quienes siguen sus recomendaciones. El dióxido de cloro es un potente oxidante que puede causar daños severos cuando se ingiere, y su uso como tratamiento para cualquier enfermedad carece de respaldo científico. Las autoridades sanitarias, tanto en España como a nivel internacional, han advertido repetidamente sobre los peligros de su consumo y han tomado medidas para retirarlo del mercado.

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